¿Cuál es la gravedad de una fractura vertebral por compresión?

Fracturas vertebrales por compresión

Las fracturas vertebrales por compresión (FVC) son una afección frecuente que puede estar causada por diversas enfermedades, como la osteoporosis, los traumatismos y los tumores. Se producen cuando el cuerpo vertebral, la parte principal de la columna vertebral que proporciona soporte estructural y protege la médula espinal, se colapsa parcial o totalmente debido a una tensión o fuerza excesivas. Esta enfermedad puede provocar dolor, discapacidad y reducción de la calidad de vida. En casos graves, también puede causar lesiones en la médula espinal y compresión de la raíz nerviosa, lo que puede dar lugar a más complicaciones.

Fracturas osteoporóticas de columna

La osteoporosis es una causa frecuente de FVC, sobre todo en los adultos mayores. La osteoporosis es una enfermedad que provoca la pérdida de masa ósea y hace que los huesos se vuelvan quebradizos y frágiles, lo que puede dar lugar a fracturas con un traumatismo mínimo. En consecuencia, los FVC son una complicación frecuente de la osteoporosis, especialmente en las mujeres posmenopáusicas. Otros factores de riesgo de los FRCV son la edad, el sexo, los antecedentes familiares, el tabaquismo, la baja ingesta de calcio y la falta de actividad física.

Síntomas de las fracturas vertebrales por compresión

Las FVC pueden causar diversos síntomas, como dolor de espalda, espasmos musculares, movilidad limitada y postura encorvada. El dolor puede ser agudo o sordo y sentirse en la espalda, el cuello o las piernas. En algunos casos, el dolor puede ser intenso e interferir en actividades cotidianas como caminar, estar de pie y sentarse. En casos graves, la fractura puede causar lesiones en la médula espinal y compresión de la raíz nerviosa, lo que puede provocar entumecimiento, debilidad y pérdida del control de la vejiga y los intestinos.

El diagnóstico de las FVC suele realizarse mediante estudios de imagen como radiografías, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM). Estas pruebas pueden proporcionar información sobre el tamaño, la localización y la gravedad de la fractura, y ayudar a determinar el tratamiento adecuado.

Tratamiento de las fracturas vertebrales por compresión

Las fracturas vertebrales por compresión pueden preceder a una lesión medular

El tratamiento de las FVC depende de la causa, gravedad y localización de la fractura, así como del estado general de salud y movilidad del paciente. Para las fracturas leves, el reposo, el tratamiento del dolor y la fisioterapia pueden ser suficientes. Para aliviar el dolor pueden recetarse analgésicos como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). La fisioterapia puede ayudar a mejorar la postura, reducir el dolor y aumentar la movilidad.

En el caso de fracturas más graves, puede ser necesario un tratamiento más agresivo. Es posible que se recomiende un corsé o una escayola para proporcionar estabilidad y apoyo a la columna vertebral mientras se cura. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para estabilizar la fractura y reducir el riesgo de complicaciones posteriores. La vertebroplastia y la cifoplastia son dos procedimientos quirúrgicos habituales en el tratamiento de las FVC. La vertebroplastia consiste en inyectar un material similar al cemento en el cuerpo vertebral fracturado para estabilizar la fractura y reducir el dolor. La cifoplastia es similar a la vertebroplastia, pero también implica la inserción de un globo en el cuerpo vertebral para restaurar su forma y altura antes de inyectar el cemento.

Recuperación de las fracturas vertebrales por compresión

Es importante tener en cuenta que la recuperación de las FVC puede llevar varias semanas o meses y, en algunos casos, es posible que la fractura nunca llegue a curarse del todo. Tras el tratamiento, puede recomendarse fisioterapia y otros ejercicios de rehabilitación para mejorar la postura, reducir el dolor y aumentar la movilidad. Además, pueden recomendarse modificaciones del estilo de vida, como mantener una dieta sana, realizar una actividad física regular y dejar de fumar, para reducir el riesgo de futuras fracturas.

Las FVC pueden ser una afección grave, especialmente en los adultos mayores, que son más susceptibles a la osteoporosis y a otros factores que aumentan el riesgo de fracturas. En ocasiones, los CVF pueden causar dolor, discapacidad y una reducción de la calidad de vida considerables, pero no todos los CVF son lo bastante graves como para justificar una intervención quirúrgica o un largo periodo de recuperación.

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